Desde que estalló la guerra, al menos 75.000 ucranianos, en su mayoría mujeres y niños, han llegado a España. Han sido innumerables las muestras de solidaridad de todos los ciudadanos en estos duros momentos, y ejemplo de ello, es nuestro colegio Pedro Poveda de Palma de Mallorca. Tres niños refugiados, familiares de dos alumnos ucranianos del colegio, han llegado a sus aulas (concretamente a 3º, 4º y 6º de Primaria) donde han sido recibidos con entusiasmo tanto por los trabajadores del centro como por sus compañeros.
Es de noche y en el colegio Santa María la Nueva y San José Artesano de Burgos los sonidos habituales de los alumnos charlando por los pasillos y jugando en el recreo o las voces de los profesores impartiendo la lección durante la jornada, se sustituyen por el ruido mecánico y constante de tres máquinas. En concreto, el sonido proviene de las tres impresoras 3D del centro que se emplean en las clases de FP y Tecnología, que durante estas últimas semanas tienen una nueva misión; y es importante: fabricar torniquetes de plástico que serán enviados a Ucrania para ayudar a las personas que se encuentran en aquel país, ya sean civiles o militares, que puedan resultar heridas durante los combates y bombardeos del ejército ruso desde que comenzó la guerra hace ya más de un mes.
Seguimos conociendo la labor que desempeñan las distintas áreas de la Red de centros y a los profesionales que las hacen posibles. Esta semana charlamos con Irma Carballo, Lucía Fiol, Mónica Fortea y Almudena Colorado, responsables del Área de Pastoral y Proyección social, que nos hablan de la importancia que tiene la educación basada en los valores cristianos para los estudiantes y el trabajo que se realiza en la Red para que todos los centros puedan desarrollar de forma plena su labor evangelizadora.